jueves, 29 de enero de 2009

Literatura de la República Dominicana

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Literatura de la República Dominicana hace referencia a las manifestaciones literarias producidas en el territorio del país o fuera de él por dominicanos. Aunque sólo puede hablarse con rigor de literatura dominicana tras la independencia del país, se acostumbra incluir la producción literaria de la época colonial.
Contenido
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• 1 Historia de la literatura dominicana
• 2 La poesía
• 3 La novela
• 4 El cuento
• 5 El ensayo
• 6 La historia
• 7 Algunos autores dominicanos (en orden alfabético)
• 8 Enlaces externos
• 9 Véase también

Historia de la literatura dominicana [editar]
Difícilmente antes del siglo XIX se podría hablar de textos fuera del casillero de la literatura colonial. Los primeros autores nacionales, entonces, contarían entre sus filas a José Núñez de Cáceres, Juan Pablo Duarte, Nicolás Ureña de Mendoza, que serían los que rondan el año 1844, el de la proclamación de la República Dominicana. Luego vendrían José Joaquín Pérez, Manuel de Jesús Galván, Nicolás Ureña de Mendoza y su hija Salomé Ureña.
Como antecedente, el primer texto literario escrito en la isla, que se recuerda, es el Diario de navegación del genovés Cristóbal Colón, en el que el almirante describe el paisaje y los pobladores de América. A partir de esa obra se sucederán otras en diversos géneros y en distintos momentos de su evolución histórica. Cristóbal de Llerena escribe el entremés Octava de Corpus Christi y, durante la etapa colonial, Leonor de Ovando escribe algunos sonetos, por lo que se le considera la primera mujer en escribir poesía de este lado del mundo.
La poesía, la novela, el cuento, el ensayo y la historia han expresado el discurrir político, social y económico del país que desde la hazaña del descubrimiento se ha impregnado de múltiples corrientes de pensamiento, sobre todo europeas y estadounidenses inicialmente, y del lejano oriente en las producciones de algunos escritores de finales del siglo XX.
La poesía ha tenido exponentes prominentes. El siglo XIX fue uno de los que más robusteció el género, aunque el XX fue todavía más prolífico y significó la evolución hacia su madurez, con el surgimiento de las vanguardias.
Aunque se desarrolló tardíamente, la novela ha tenido y tiene exponentes importantes en el país, aunque su desarrollo no ha escalado como las otras manifestaciones literarias. Surgió bajo la influencia del romanticismo francés de Víctor Hugo y acusa tres momentos importantes de acuerdo a su tipología y temática: la “novela de la caña”, la “novela bíblica” y “novelas costumbristas”.
El cuento ha tenido más trascendencia que la novela. El aporte de Juan Bosch, maestro del género en Hispanoamérica, ha sido fundamental. El escritor y político escribió tres significativas colecciones de cuentos tituladas Cuentos escritos antes del exilio, Cuentos escritos en el exilio y Más cuentos escritos en el exilio. El cuento moderno se inicia en la segunda fase del siglo XIX, es decir, tardíamente, a juzgar por otros países.
Durante décadas, los intelectuales dominicanos han tenido en el ensayo un escenario que han ampliado y desarrollado con talento. Destacan los ensayos políticos de los independentistas, los conservadores y los restauradores. Uno de sus mejores exponentes en la arena internacional fue don Pedro Henríquez Ureña. La pasión local por los temas históricos, sobre todos los que abordan el tema de la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo y otros episodios políticos trascendentales, ha influido en el desarrollo de historiadores de fuste en diferentes épocas de la República.
La poesía [editar]
Según el escritor Basilio Belliard, el momento más espléndido de la poesía dominicana del siglo XIX es el que conforman Salomé Ureña, José Joaquín Pérez y Gastón Fernando Deligne, tres pilares donde descansa la modernidad de nuestra poesía de la época en sus vertientes patriótica, indigenista y psicológica. Pero no es sino en el siglo XX cuando nuestra poesía alcanza la categoría de moderna, con el surgimiento de las vanguardias.
La poesía es el género más cultivado desde Manuel María Valencia, el primer poeta romántico, pasando por Fabio Fiallo y otros que asimilan las influencias de las corrientes literarias europeas, hasta la irrupción incipiente del modernismo en tres figuras importantes como Valentín Giró, Ricardo Pérez Alfonseca y Osvaldo Bazil, cuyas influencias de Darío languidecen con la aparición del postumismo, hacia 1921. Tal es el caso de Otilio Vigil Díaz, el introductor de las vanguardias en las letras dominicanas, y gran renovador de nuestra lírica, influido por el simbolismo francés. Así, funda el primer movimiento poético de carácter unipersonal, al que se le sumó Zacarías Espinal y al que denominó vedrinismo, llamado así porque en sus versos intentaba hacer las piruetas que hacía en el aire un aviador francés de nombre Jules Vedrines.
Vigil Díaz introduce la modernidad al crear el verso libre y el poema en prosa con sus libros Góndolas (1912) y Galeras de Pafos (1921). Después de él, la poesía dominicana vive otro gran momento representado por Domingo Moreno Jimenes, al fundar, junto al filósofo Andrés Avelino y al poeta Rafael Augusto Zorrilla, el postumismo, en 1921. Redactan un manifiesto en el que niegan las vanguardias y favorecen una poesía de carácter nacionalista que rescate el color local, el paisaje y la identidad del hombre dominicano. Con el postumismo la tradición poética dominicana se renueva y sacude para incubar nuevas voces que la fortalecen. A este movimiento le sigue la Poesía Sorprendida, el grupo más pujante y de una gran apertura estética, conformado por grandes poetas como Franklin Mieses Burgos, Antonio Fernández Spencer, Aída Cartagena Portalatín, Freddy Gatón Arce, entre otros. Este conjunto de poetas tenía como lema la “poesía con el hombre universal”, contrario al postumismo.
Después le sigue la generación de los Independientes del 40, integrada por Manuel del Cabral, Héctor Incháustegui Cabral, Pedro Mir y Tomás Hernández Franco, los cuales publicaron poemas emblemáticos como Compadre Mon, Hay un país en el mundo, Poema de una sola angustia y Yelidá. De los Sorprendidos se desprende otro grupo de poetas antitrujillistas llamados la Generación del 48, conformada, entre otros, por Víctor Villegas, Máximo Avilés Blonda, Lupo Hernández Rueda, Luis Alfredo Torres, Rafael Valera Benítez, Abelardo Vicioso, etc. En los años sesenta, a raíz de la caída del régimen de Trujillo, surgen los escritores de la Generación del Sesenta con Marcio Veloz Maggiolo, Ramón Francisco, René del Risco, Jeannette Miller y Miguel Alfonseca.
En la misma década, y como consecuencia de la Guerra de abril del 65, surge el movimiento llamado Poetas de Postguerra (o Joven Poesía), con Mateo Morrison, Andrés L. Mateo, Enriquillo Sánchez, Tony Raful, Alexis Gómez Rosa, Enrique Eusebio y Soledad Álvarez, entre otros.
En los años ochenta aparece un movimiento poético que funda una ruptura con aquella generación al desentenderse de lo ideológico y de la circunstancia histórica, creando una poesía del pensamiento y la reflexión sobre otros temas: no ya lo social, sino lo filosófico, la muerte y lo erótico. Entre esos poetas están Leandro Morales, José Mármol, Plinio Chahín,[[ Dionisio de Jesús]], Médar Serrata, Víctor Bidó, José Alejandro Peña, etc. Cabe destacar poetas de transición de finales de los años setenta y principios de los ochenta, como José Enrique García, autor del libro El fabulador y Cayo Claudio Espinal creador del Movimiento Contexualista y autor de los libros Utopía de los vínculos, Banquetes de aflicción, Comedio (entre gravedad y risa), Las políticas culturales en la República Dominicana, La mampara y Clave de estambre. También de transición, aparece en 1993 Preeminencia del tiempo, de Leopoldo Minaya, tal vez la obra poética fundamental de la última década del siglo XX, caracterizada por un sincretismo estético y estilístico que integra el canon clásico a las diversas escuelas de vanguardia, revelando una angustia existencial que remonta a las esencias mismas del espíritu humano.
La novela [editar]
La primera novela escrita por un dominicano fue El montero (1856, publicada en París), de Pedro Francisco Bonó. Luego le siguió La fantasma de Higuey (1857, publicada en La Habana) de Francisco Angulo Guridi, aunque algunos historiadores de la literatura dicen que la primera novela dominicana es Los amores de los indios (1843, publicada en La Habana) de Angulo Guridi. La novela dominicana no ha tenido la pujanza que han tenido otros géneros como la poesía, el ensayo y el cuento, a pesar del Enriquillo (1879) de Manuel de Jesús Galván, que es la gran novela indigenista del Nuevo Mundo.
La novela es un género tardío en la República Dominicana. Surge bajo la influencia del romanticismo francés de Víctor Hugo. Como se ve, la historia de la literatura dominicana es la historia de la poesía o, más bien, de generaciones poéticas. Un gran hito de la novelística dominicana lo constituye la novela Sólo cenizas hallarás (bolero) de Pedro Vergés, con la que obtuvo los premios Blasco Ibáñez y el de la crítica en España en 1980.
La novela dominicana acusa tres momentos importantes de acuerdo a su tipología y temática: la “novela de la caña”, representada por Cañas y bueyes de Moscoso Puello, Over de Marrero Aristy y Jenjibre de Pérez Alfonseca. Luego la “novela bíblica” de Carlos Esteban Deive, Veloz Maggiolo y Ramón Emilio Reyes y la “novela propagandística” como Los enemigos de la tierra de Requena, Trementina, clerén y bongó y “novelas costumbristas” como La cacica de Rafael Damirón, Baní o Engracia y Antoñica de F. Gregorio Billini, La mañosa de Juan Bosch y la triología de García Godoy, compuesta por Rufinito, Guanuma y Alma dominicana .
Dentro de los novelistas más consagrados y de mayor proyección internacional en el momento actual se encuentra Marcio Veloz Maggiolo, autor de una decena de novelas, versátil escritor, pues ha cultivado el cuento, el ensayo histórico-arqueológico, el teatro y la novela. Junto a Aída Cartagena Portalatín funda la novela experimental, el primero con Los ángeles de hueso (1967) y la segunda con Escalera para Electra (1970). No obstante esa realidad, muchos críticos literarios afirman que la gran novela dominicana aún no se ha escrito, a pesar de la existencia de novelas como La sangre de Tulio Manuel Cestero, Over de Ramón Marrero Aristy, La mañosa de Bosch, Biografía difusa de Sombra Castañeda de Veloz Maggiolo o La balada de Alfonsina Bairán de Andrés L. Mateo.
El cuento [editar]
El cuento es un género que ha tenido mejor suerte que la novela, pues tenemos el privilegio de contar con un maestro del género en Hispanoamérica como lo es Juan Bosch, quien escribió tres significativas colecciones de cuentos tituladas Cuentos escritos antes del exilio, Cuentos escritos en el exilio y Más cuentos escritos en el exilio. El cuento moderno se inicia en la segunda fase del siglo XIX, es decir, tardíamente, a juzgar por otros países. El primer cuento breve que se conoce es El garito (1854) de Ángulo Guridi.
Las primeras leyendas y relatos de tradición oral que llegan a la isla provienen de los conquistadores, a través de sus intelectuales y religiosos que las esparcen por todo el territorio nacional. En el siglo XIX las primeras narraciones son de corte costumbristas, y la principal figura de esta tendencia es César Nicolás Penson, autor de Cosas añejas. Ya en el siglo XX tenemos la figura de Fabio Fiallo, quien escribe cuentos modernistas influidos por su amigo Rubén Darío con Cuentos frágiles (1908), así como Tulio Manuel Cestero y Virginia Elena Ortea.
Otros importantes exponentes del género son José Ramón Lopez, René del Risco, Virgilio Díaz Grullón, Hilma Contreras, Sanz Lajara, José Rijo, Diógenes Valdez, Pedro Peix, entre otros. Desde la temática costumbrista y socio-realista de Bosch, Sócrates Nolasco, Néstor Caro y Marrero Aristy, hasta la vertiente psicológica de Díaz Grullón y la temática urbana de del Risco o la fantástica de Peix, el cuento ha experimentado una variedad de facetas que lo hacen ser un género de una riqueza expresiva, temática y técnica encomiable. En los años ochenta se destacan René Rodríguez Soriano, Ángela Hernández, Rafael García Romero, Pedro Camilo, Avelino Stanley, Ramón Tejada Holguín, César Zapata, Manuel García Cartagena y en los años noventa, Pedro Antonio Valdez, Pastor de Moya, José Acosta, Luis Martín Gómez, entre otros.
El ensayo [editar]
El ensayo sobre todo el historico. ENSAYO. Escrito en prosa sobre un tema específico sin pretensiones científicas ni conclusión definitiva. El término ensayo fue usado originalmente para designar aquellos escritos experimentales que oscilaban entre la ciencia y la literatura. Pero esa concepción ha ido cambiando paulatinamente, al extremo de que en la actualidad se le da categoría de ensayo a aquellos textos que mediante la exposición, la discusión y la evaluación de un tema detergí-nado pretende validar la tesis expuesta en el mismo. El iniciador del género fue el francés Miguel de Montaigne (1533-1592), quien en 1580 publicó una serie de escritos sobre sus confesiones personales titulado Essais (Ensayos). Posteriormente, en 1597, el inglés Francisco Bacon (1561-1626) dio a la publicidad su obra Ensayos, meditaciones religiosas, tópicos de persuasión y de discusión. Entre otros propulsores europeos del ensayo sobresalen: Joseph Addison (1672-1719), Gaddhold Lessing (1729-1781), Johann Goethe (1749-1832), Tomás Carlyle (1795-1881), Tomás Macaulay (1800-1859), Hipólito Taine (1828-1893), Paul Valery (1871-1945), Thomas Mann (1875-1955) y Gyorgy Lukacs (1885-1971).

En España, donde el ensayo toma verdadero cuerpo en el siglo XIX, han ganado fama como ensayistas Angel Ganivet (1865-1898), Miguel de Unamuno (1864-1936), José Ortega y Gasset (1883-1955) y Amé-rico Castro (1885-1972). Hispanoamérica, por su parte, ha dado figuras de la talla de Juan Montalvo (1833-1889), José Martí (1853-1895), José Vasconcelos (1881-1959), Pedro Henríquez Ureña (1884-1946), José Carlos Mariátegui (1895-1930), Octavio Paz (1914-1998) y Roberto Fernández Retamar (1930). En República Dominicana, como en casi todo el que resto de América Latina, el ensayo surge formalmente en la segunda mitad del siglo XIX y adquiere notoriedad en el XX. Su orientación ha sido tradicionalmente histórica, política, sociológica y literaria. Es difícil fijar el punto de partida del ensayo dominicano, pues antes de que dicho género alcanzara cierto nivel de madurez en el país, hubo un grupo considerable de escritores que expresaron sus inquietudes políticas, sociales y literarias a través de la prosa ensayística. Los ideales revolucionarios de los independentistas y los restauradores, así como el arribismo y el antinacionalismo de los intelectuales conservadores dominicanos de la segunda mitad del siglo XIX predominan en los escritos periodísticos de los más valiosos representantes de la primera oleada de ensayistas nacionales. Los artículos de Alejandro Angulo Guridi (1816-1884), particularmente los publicados en los semanarios El Orden, La Re-pública, La Reforma y El Progreso y reunidos posteriormente en su obra Temas políticos (1891), reflejan el nivel de desajuste político de la sociedad dominicana de su época. Aunque menos profundo que Guridi en el análisis de temas políticos, pero más hábil que muchos de sus coetáneos en la percepción de las costumbres y los males sociales locales, Ulises Francisco Espaillat (1823-1878) motivó a muchos de sus acólitos a cultivar la prosa periodística. Labrados con un estilo fluido y ameno, pero de ingrato recuerdo para el pueblo dominicano por su contenido alienante y pesimista, fueron los editoriales anexionistas del periódico La Razón firmados por Manuel de Jesús Galván (1834-1910) los cuales fueron complementados años después con su defensa a Pedro Santana divulgada en los semanarios Oasis y Eco de la Opinión. Otra figura importante en esa etapa embrionaria de la ensayística nacional fue Manuel de Jesús Peña y Reynoso (1834-1915), autor de ensayos sobre la novela Enriquillo, de Manuel de Jesús Galván y Fantasías indígenas, de José Joaquín Pérez. Pero el más notable ensayista literario dominicano del siglo XIX y de las dos primeras décadas del XX fue Federico García Godoy, quien inició su labor crítica en 1882 en el periódico El Porvenir extendiéndose hasta el momento de su muerte, ocurrida en 1924. Sus opiniones fueron difundidas en importantes revistas y periódicos nacionales y extranjeros y en sus obras Perfiles y relieves (1907), La hora que pasa (1910), Páginas efímeras (1912), El derrumbe, 1916 y Americanismo literario (1918). José Ramón López (1866-1922), aferrado originalmente a la propuesta gastronómica que asocia el triunfo de los pueblos al tipo de alimentación de sus habitantes, figura entre los primeros de un connotado número de intelectuales nacionales que como Américo Lugo (El Estado dominicano ante el derecho público, 1916 y El nacionalismo dominicano, 1923), Francisco Moscoso Puello (Cartas a Evelina, 1941), Manuel Arturo Peña Batlle (La isla de la Tortuga), Juan Isidro Jimenes Grullón (La República Dominicana,: una ficción, 1965), Joaquín Balaguer (La isla al revés, 1983) y Juan Bosch (El pentagonismo, sustituto del imperialismo, 1963 y David, biografía de un rey, 1968), se disputaron las diversas corrientes ideológicas de la ensayística isleña. De ellos, Peña Batlle, Moscoso Puello y Balaguer, supeditaron su producción a la corriente denominada pesimismo dominicano, la cual partía de la creencia conservadora de que la República Dominicana era incapaz de desarrollarse por sí misma. Otros, en cambio, como Juan Isidro Jimenes Grullón y Juan Bosch se apoyaron en el discurso sociológico e histórico para revisar muchos y rectificar muchos de los planteamientos de sus predecesores inmediatos.

Actualmente en los ensayistas dominicanos de temas históricos y sociológicos prima el interés por deslindar el concepto de nacionalidad, los conflictos raciales y la función social de los intelectuales locales. Los ensayos de Manuel Núñez (El ocaso de la nación dominicana, 1990), Andrés L. Mateo (Mito y cultura en la era de Trujillo, 1993), José Rafael Lantigua (La conjura del tiempo, 1994) y Federico Henríquez Gratereaux (Un ciclón en una botella, 1996) son ejemplos notables de dicha tendencia. Otros, como Miguel Guerrero (Los últimos días de la era de Trujillo, 1995, La ira del tirano, 1996 y Trujillo y los héroes de junio, 1996) y MuKien Adriana Sang (Ulises Heureaux: biografía de un dictador, 1987, Buenaventura Báez, el caudillo del Sur, 1991 y Una utopía inconclusa: Espaillat y el liberalismo dominicano del siglo XIX, 1997) han encontrado en el pasado histórico la vía idónea para revisar muchos capítulos nebulosos de la historia nacional, especialmente los relacionados con el papel jugado por varios de los dictadores dominicanos.

Desde inicio del siglo XX, el ensayo literario comienza a ganar terreno. Surgen, entonces, las voces de Pedro Henríquez Ureña (Ensayos críticos, 1905, Seis ensayos en busca de nuestra expresión, 1927, Literary Currents en Hispanic América, 1946), Max Henríquez Ureña (Breve historia del modernismo, 1964), Camila Henríquez Ureña (Apreciación literaria, 1964) y Antonio Fernández Spencer (Ensayos literarios, 1960) quienes asumen, por primera vez en la historia de las letras dominicanas, el análisis y la crítica literarias con objetividad científica. Exceptuando a Bruno Rosario Candelier (Lo culto y lo popular en la poesía dominicana, 1979, La imaginación insular, 1984 y La creación mitopoética, 1989), Diógenes Céspedes (Seis ensayos sobre poética latinoamericana, 1983, Estudios sobre literatura, política Lenguaje y poesía en Santo domingo en el siglo XX, 1985, Política de la teoría del lenguaje y la poesía en América Latina en el siglo XX, 1995), José Alcántara Almánzar (Estudios de poesía dominicana, 1979), Daisy Cocco De Filippis (Estudios semióticos de poesía dominicana, 1984) y Manuel Matos Moquete (El discurso teórico en literatura en América Hispánica, 1983 y En la espiral de los tiempos, 1998), la más reciente promoción de ensayistas literarios nacionales, entre ellos: Manuel Mora Serrano, Miguel Angel Fornerín, José Enrique García, etc. han desarrollado una invaluable labor en la prensa nacional como articulistas, reseñadores de libros y cronistas literarios.
La historia [editar]
La historia, como género literario ha tenido grandes exponentes en nuestro país, desde los grandes fundadores de la historiografía dominicana como José Gabriel García, Manuel del Monte y Tejada y Bernardo Pichardo, hasta la hegemonía de los representantes de dos tendencias antagónicas desde el punto de vista ideológico, tal es el caso de Roberto Cassá y Frank Moya Pons. Importantes historiadores desde la era de Trujillo, además de éstos, son Emilio Cordero Michel, Jaime de Jesús Domínguez, Franklin Franco Pichardo, Juan Daniel Balcácer y Bernardo Vega.
El tema de Trujillo es el que despierta más interés y curiosidad, de ahí que Vega sea uno de los más leídos por su historia documental, así como aquellos historiadores que tratan los temas de la Iglesia Católica y la era de Trujillo. Los temas de la independencia, las intervenciones estadounidenses, la etapa colonial y precolombina han sido abordados de manera acuciosa por nuestros historiadores con diferentes enfoques y métodos de análisis. La Composición Social Dominicana del profesor Juan Bosch es un referente obligado como punto de partida sociológico para analizar la estructura social de la RD desde el punto de vista histórico, así como la Sociología Política Dominicana de Jimenes Grullón.
Algunos autores dominicanos (en orden alfabético) [editar]
• Américo Lugo
• Apolinar Perdomo
• Tulio Manuel Cestero
• José Alcántara Almánzar
• Julia Álvarez
• Paul Álvarez
• Frank Báez
• Ángel Berroa
• Máximo Avilés Blonda
• Juan Bosch
• Manuel del Cabral
• Tomás Castro
• Aída Cartagena Portalatín
• Diógenes Céspedes
• Plinio Chahín
• Hilma Contreras
• León David
• Gastón Fernando Deligne
• Virgilio Díaz Grullón
• Cayo Claudio Espinal
• Fabio Fiallo
• Antonio Fernández Spenser
• Manuel de Jesús Galván
• Freddy Gatón Arce
• Federico Henríquez Grateraux
• Pedro Henríquez Ureña
• Rita Indiana Hernández
• Dionisio de Jesús
• Mariano Lebrón Saviñón
• Ramon Marrero Aristy
• Andrés L. Mateo
• Miguel D. Mena
• Juan Carlos Mieses
• Franklin Mieses Burgos
• Jeannette Miller
• Leopoldo Minaya
• Pedro Mir
• Mateo Morrison
• Pedro Peix
• José Alejandro Peña
• Franklin Franco Pichardo
• René del Risco Bermúdez
• Marta Rivera
• Manuel Rueda
• Enriquillo Sánchez
• Robin Santana
• Haffe Serulle
• Salomé Ureña
• Pedro Antonio Valdez
• Marcio Veloz Maggiolo
• José Cepeda García
• Amado Alexis Chalas
Enlaces externos [editar]
• [1] (sitio web de el poeta Alexis Gómez Rosa).
• BibliotecasVirtuales.com/Biblioteca/LiteraturaDominicana (autores, textos, historia).
• Rene Rodriguez Soriano (Escritor Dominicano).
• [2] (sitio web de la poeta Raquel Virginia Cabrera).
• [3] (sitio de Miriam Ventura).
• [4] (sitio web del escritor Juan Carlos Mieses).
• [5] (sitio web del poeta José Alejandro Peña).
• [6] (sitio web del poeta José Marmol).
• [7] (Blog de Frank Báez).
• [8] (sitio web del poeta Mateo Morrison).
• 27febrero.com/literatura.htm (literatura dominicana, historia dominicana).
• [9] (sitio web oficial del poeta dominicano Cayo Claudio Espinal)
• [http://www.cielonaranja.com / La mayor biblioteca digital de literatura dominicana)
• [10] (Revista Ping Pong: revista de poesía editada en la República Dominicana).
• http://www.josecepedagarcia.com/libros (Sitio web del escritor José Cepeda García).
Véase también [editar]
• Categoría:Escritores de República Dominicana
Obtenido de “http://es.wikipedia.org/wiki/Literatura_de_la_Rep%C3%BAblica_Dominicana”
Categorías: Cultura de República Dominicana | Literatura por país
Categoría oculta: Wikipedia:Wikificar literatura
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LITERATURA DOMINICANA
Le invitamos a leer nuestras páginas de:
Pedro Mir, José Joaquin Pérez, Gastón Fernando Deligne, Federico Bermudez, Miguel Rodríguez Orlaus, Pedro Henríquez Ureña, Manuel de Js. Galvan, Salome Ureña, Juan Bosch y Joaquin Balaguer
Literatura Precolombina
Los indios que habitaban nuestra isla antes del descubrimiento no tenían escritura, por lo cual era una sociedad ágrafa. La literatura era oral y se transmitía de generación en generación. Los areítos eran poemas que se recitaban al ritmo de la música. Estas celebraciones eran de carácter ceremonial, de alabanza o de celebración de triunfos religiosos.
Poesía Popular Dominicana
En la poesía popular dominicana abundaron los decimeros quienes escribían letras para los desafíos amorosos, la sátira, la poesía grotesca, política, cómica y religiosa. El más grande poeta dominicano es Juan Antonio Alix. Nació en Moca en 1833. Durante su vida vendió en la plaza de Santiago de los Caballeros sus décimas. Murió en 1918. Sus obras más destacadas son:”El negro detrás de la oreja“y”El follón de Yamasá“.
Literatura de Independencia
En el periodo de independencia surgen los primeros periódicos y entre 1795-1800 se introduce la imprenta en nuestro país. El primer documento impreso en nuestro país fue una novena a la virgen de la Altagracia. José Núñez de Cáceres fue el primero en utilizar la literatura como arma de denuncia social y política. Nació en 1772 en Santo Domingo.
Fue rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y director del periódico El Duende. Proclamó la primera independencia, la Independencia Efímera pues fracaso. Escribió doce fábulas, entre algunas de ellas:”El conejo, los corderos y el pastor“,”El lobo y la raposa“,”La araña y el águila“y”El abejarrón y la abeja“.
Firmaba estas con el pseudónimo de”el fabulista principiante“, por esto y por sus obras se le atribuye el merito de ser el primer fabulista criollo. Murió desterrado en México en 1846. Juan Pablo Duarte (1813-1876) escribió poesía no para ser publicada y lamentablemente gran parte de su obra desapareció en el exilio. Se conserva un romance en el que se describe la partida al destierro forzado por Pedro Santana en 1844, este recibe el nombre de”La cartera del proscrito“. Además escribió otros poemas como”Suplica“,”Desconsuelo“,”Antífona“y en prosa escribió”El proyecto de la constitución.“
Literatura de Restauración
Los literatos de este periodo están marcados por la inestabilidad política; golpes de estado, guerras civiles y la intervención norteamericana. José Joaquín Pérez nació en Santo Domingo en 1845. Fue periodista y ocupo altos cargos gubernamentales. Se puede decir por su recorrido, dedicación y manejo del lenguaje que es el primer poeta dominicano. Su obra más importante es”Fantasías indígenas“una obra formada por una serie de poemas que exponen la situación de los indígenas en el periodo del descubrimiento.”La industria agrícola“,”La lira de José Joaquín Pérez“,”Contornos y Relieves“y”Versiones del poeta Tomás Moore“, son algunas de sus obras. Muere en Santo Domingo en 1900. La gran precursora de la poesía y del magisterio fue Salomé Ureña.
Nació en 1850 en Santo Domingo y murió en esta misma ciudad en 1897. Fundó en 1887 el Instituto de Señoritas y sus obras mas destacadas son”Poesías Completas“. Para completar a los tres poetas clásicos tenemos a Gastón Fernando Deligne. Su obra poética es una mezcla del modernismo y del romantismo. Sus obras son:”Soledad“,”Galaripsos“,”Romances de la hispaniola“y”Páginas olvidadas“. Nació en Santo Domingo en 1861 y murió en 1913 en San Pedro de Macorís.
Historiadores
En la literatura dominicana hay historiadores de renombre, el Padre de la Historia Nacional es José Gabriel García, su gran obra ”Historia de Santo Domingo“ es un gran recuento de los hechos históricos desde el descubrimiento hasta la restauración. Otro gran historiador es Gregorio Luperón (1839-1897) su obra ”Notas Biográficas“ es una prosa tosca y primitiva con un lenguaje burdo en el cual Luperón describe los acontecimientos de la restauración.
Ensayistas
En este grupo podemos destacar a muchos personajes, los más renombrados son Eugenio María de Hostos, Pedro Henríquez Ureña, Joaquín Balaguer, Max Henríquez Ureña y Juan Isidro Jiménez.
Eugenio María de Hostos fue el gran precursor del ensayo nacional. Nació en 1839 en Puerto Rico y murió en 1903 en Santo Domingo. Algunas de sus obras son: ”Moral social, ensayos,“ ”Críticas a Hamlet y Plácido“ y ”La peregrinación de Bayoán.“
El más alto literato de la República Dominicana es Pedro Henríquez Ureña. Nace en Santo Domingo en 1884 y muere en Argentina en 1946. Fue un gran escritor, maestro y crítico. Dominó todas las caras de la literatura con excepción de la poesía. Tiene muchas obras, las más importantes son: ”El español en Santo Domingo," ”Obra crítica," ”Corrientes literarias en América Latina,“ entre otras.
Joaquín Balaguer además de sus ya conocidas habilidades políticas es un gran ensayista, crítico, poeta e historiador. Nació en Navarrete en 1907. Sus obras son: Salmos Paganos, Claro de Luna, Tebaida Lírica, La Cruz de Cristal, Azul en los Charcos, Memorias de un cortesano de la Era de Trujillo, Letras Dominicanas, Los Próceres escritores, Semblanzas literarias, Literatura Dominicana, Colón Precursor literario.
Una figura muy sobresaliente es Max Henríquez Ureña (1885-1968), quien escribía bajo el pseudónimo Hatuey. ”Ánforas“ y ”Los Yanquis en Santo Domingo,“ son algunas de sus obras.
Juan Isidro Jiménez es uno de los escritores dominicanos más polémicos, debido a enfrentamiento a lo tradicional y a su nueva visión y perspectiva. Algunos de sus títulos son: ”Una Gestapo en América,“ ”Crítica a la rebelión de las masas,“ ”Un escritor dominado por los fantasmas“ y ”El ser y el debe ser del escritor“.
Poesía Moderna & Contemporánea
Los poetas modernos son aquellos que permanecen fieles a lo tradicional. El poeta dominicano más simbólico dentro del modernismo es Fabio Fiallo.
Fabio nació en Santo Domingo en 1866 y murió en esta misma cuidad en 1942. Sus escritos son galantes, sentimentales y en los cuales se ve una gran semejanza con la obra de Gustavo Adolfo Bécquer. Obras: ”Primavera Sentimental," ”Cantaba el Ruiseñor," ”La Canción de Vida," ”Cuentos Frágiles“ y ”Cantaba el Ruiseñor.“ Es conocido por el nombre de ”EL poeta Patriótico“por su participación en un movimiento armado en contra de la ocupación Norteamérica. La Poesía Contemporánea Dominicana cuenta con movimientos literarios muy importantes. Estos movimientos son el Postumismo y la Poesía Sorprendida.
El Postumismo
Es un movimiento literario en el que se abandona la rima, se desordena el ritmo y las ideas se expresan de igual forma que se producen en la mente del escritor. Se podría definir como una comunicación simple, honesta y poco rebuscada. Este movimiento surge como un arma de denuncia y reproche social ante la ocupación norteamericana. Los postumistas se unieron entorno a Domingo Moreno Jiménez, y publicaban sus ideas en la revista”El Día Estético.“
El personaje de mayor importancia en este movimiento es Moreno Jiménez. Este nació en 1894 en Santo Domingo. Este poeta de verso libre es quien tiene una mayor obra, más de cincuenta títulos, algunos de ellos son: ”Promesas," ”Poemas de la hija reintegrada," ”Mi vieja se muere,“ y ”Palabras en el agua.“
La Poesía Sorprendida: surge en Santo Domingo en octubre de 1943, con la publicación de la revista literaria ”La Poesía Sorprendida“ la revista aparece en plena tiranía de Trujillo el cual no permitía la libertad de expresión. La filosofía de este movimiento era: ”estamos por una poesía nacional nutrida en lo universal, única forma de ser propia; con lo clásico de ayer, de hoy, de mañana, con la creación sin límites, sin fronteras y permanente; y con el mundo misterioso del hombre universal, secreto, solitario e íntimo, creador siempre.“
Los poetas que se destacan en la Poesía Sorprendida son Franklin Mieses Burgos, Aída Cartagena Portalatin y Antonio Fernández.
Los Independientes del Cuarenta -
leer página de Pedro Mir
Los cuatro poetas conocidos bajo este nombre son: Manuel del Cabral, Tomás Hernández Franco, Héctor Incháustegui y Pedro Mir. El nombre se debe a que los cuatro tienen muchas cosas en común, son escritores de la década del cuarenta, gustan del verso libre y tratan temas nacionalistas.
De los cuatro destacaremos a Pedro Mir, uno de nuestro poetas más conocidos. Nació en San Pedro de Macorís en 1913. Vivió en el exilio donde escribió ”Viaje a la Muchedumbre.“ Como historiador publicó ”El gran Incendio“ y ”Los Fundamentos de la Doctrina Monroe.“
Narrativa
En este tipo de literatura destacamos a Cesar Nicolás Penson y Juan Bosch. Cesar Nicolás Penson (1855-1901) nació y murió en Santo Domingo. Fue uno de los primeros en tratar temas folklóricos. Su obra más importante es ”Cosas Añejas“ que es un conjunto de tradiciones y leyendas. Nuestro gran maestro y clásico del cuento es sin duda alguna es Juan Bosch. La ciudad de La Vega le vio nacer en 1909. Sus obras están marcadas por los últimos movimientos universales. Algunas de sus obras que lo hicieron famoso son: ”La Mañosa," ”El Oro y la Paz“ y ”Cuentos Escritos en el Exilio."
Novelas
La obra ”Enriquillo“ (1876) consolido para la eternidad a Manuel de Jesús Galván como uno de los mejores novelistas dominicanos, no en vano se le llamó el Príncipe de las letras dominicanas. La obra ”Enriquillo“ es la primera narración criolla, ella se desarrolla en el contexto del Santo Domingo de los tiempos de la colonia.

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En su libro La noción del período en la historia dominicana (1981), el poeta y novelista Pedro Mir (1913 - 2000), quien es una presencia permanente en las letras dominicanas, fecha el inicio del reconocimiento de la nacionalidad dominicana a partir del siglo 17.
A comienzos del siglo 17, en el año de 1605. el Gobernador Antonio Osorio erradicó el contrabando que constituía el ingreso primordial de la isla de La Española incendiando la región costera. El fuego se propagó y como consecuencia de la devastación que produjo, destruyó casi íntegramente la actividad intelectual y comercial de la isla. España pierde interés en la colonia y, en el año de 1672 permite que Francia estableciera una colonia en la parte oeste de la isla, con el nombre Saint Domingue.
El progreso económico de esta colonia francesa es de tal magnitud que entre los años de 1683 y 1789 - año en que comienza la Revolución francesa - tiene 800 ingenios azucareros, 3,000 siembras de café y 800 de algodón; empleaba 1,000 barcos, 15,000 marinos y era el primer productor de azúcar del mundo. Las estadísticas poblacionales también son muy interesantes: vivían en la colonia 40,000 blancos propietarios y funcionarios gubernamentales, 28,000 mulatos y negros libertos dueños de una tercera parte de la tierra y de una cuarta parte de los bienes y, alrededor de 450,000 esclavos.
Cuando Toussant Louverture inicia el proceso de independencia como general triunfante en 1798 y en 1801 se convierte en el gobernador de la colonia con derecho a nombrar a su sucesor y termina con la esclavitud, no declara la independencia de Francia. Bonaparte no acepta el reclamo de la libertad de los esclavos y envía al General Leclerc con una tropa de 50,000 soldados para terminar con Louverture. Lo toman preso y muere preso en Europa. Mientras tanto, la fiebre amarilla liquida el ejército de Leclerc, quien capitula en 1803. En 1804, Saint Domingue se convierte en Haití - nombre indígena- , primera república de América y uno de los generales de Louverture, Dessalines, se proclama emperador.
Los sucesos de la vecina colonia tienen efectos muy graves en La Española. Muchos dominicanos emigran y los que se quedan proclaman la independencia de España en el año de 1822. Haití procede a invadir y ocupa el territorio nacional hasta 1844. Esta ocupación es el origen del resentimiento que hasta el día de hoy siente y expresa el pueblo dominicano para con Haití; repudio íntimamente ligado al prejuicio racial que existe en la República Dominicana. Luego de la ocupación haitiana, entre los años de 1861-1864, algunos sectores dominicanos favorecieron el retorno a la condición colonial bajo España.
Esta trayectoria política en la que el país en más sujeto que objeto de la historia, limita las transformaciones sociales en el país y tiene consecuencias en todos los aspectos de la vida. La historia literaria dominicana está muy entrelazada con la historia de la independencia del país, invasiones y gobiernos dictatoriales y se identifica con reformas políticas y sociales y los autores abrazan estos ideales en periodos de opresión política.
La existencia de hombres de letras y de estado es un fenómeno común en Latino América hasta el día de hoy. En el caso de la República Dominicana baste nombrar a Juan Bosch (1909 - 2001), cuentista, ensayista, historiador y Presidente electo en 1961 luego de haber vivido en el exilio político durante décadas.
La historia literaria dominicana languideció durante los siglos 17 y 18. Es en el siglo 19, en el año de 1838, durante la ocupación haitiana que Juan Pablo Duarte inicia un grupo literario que promovía una literatura nacional, el cual era a la par una organización política que promovía la independencia de Haití. Duarte redacta el primer intento de Constitución además de escribir versos patrióticos. La generación que le sigue es un grupo de poetas patrióticos y la poesía será el género más cultivado durante el siglo 19.
Salomé Ureña Henríquez (1850-1897) es una figura importante porque fundó con el puertorriqueño, Eugenio María de Hostos la primera Escuela Normal para Mujeres en la República Dominicana.
La novela más importante que se produce en este periodo de consolidación nacional es Enriquillo, leyenda histórica dominicana (1882) escrita por Manuel de Jesús Galván (1834 -1910). Gracias a esta leyenda nace el mito de una nación mestiza de indios y blancos. Es con este texto que se excluye al negro de la épica nacional.
A esta etapa sigue una larga serie de guerras civiles y la dictadura de Ulises Hereaux (Litís), la cual finalizó con la intervención- invasión norteamericana de 1916. Las fuerzas de ocupación dejan a Rafael Leonidas Trujillo Molina a cargo de salvaguardar la estabilidad del país, lo cual hizo hasta que se convirtió en presidente en 1930, y dictador hasta su asesinato en 1961, más de 30 años. Trujillo representó un muro de contención para la literatura dominicana; los críticos e historiadores de la literatura dominicana señalan que ésta se puede dividir en antes y después de Trujillo. Con la muerte de Trujillo en 1961 algunos escritores regresan al país. Sin embargo, la recuperación de la vida política caracterizada por el resurgimiento de los partidos políticos limitó la producción literaria.
Juan Bosch fue electo democráticamente a la Presidencia en 1961, un golpe de estado de derechas lo derrocó en 1963 convirtiendo a Joaquín Balaguer en presidente. En un intento de devolver a Juan Bosch a la presidencia de la República, en abril de 1965, se suscitó una revolución que culminó con la intervención militar norteamericana. Balaguer regresa al poder en 1965; es presidente durante los 12 años siguientes. Octogenario y ciego, Balaguer regresa a la Presidencia del país y muere finalmente en el 2002.
A partir de 1965 se produce un "boom" en la literatura dominicana que se caracteriza por un fuerte contenido de reivindicación social. En la década de los '70, las mujeres comienzan a tener un mayor grado de presencia en las letras dominicanas. Las escritoras se cuestionan el status de la mujer como objeto en relaciones de dependencia, así también se comienza a cuestionar el racismo.
En 1994, la escritora dominicana, Julia Alvarez, quien reside en los Estados Unidos desde su infancia, escribió una obra de ficción basada en los hechos históricos que condujeron al asesinato de las hermanas Mirabal, En el tiempo de las mariposas. Para más información sobre las hermanas Mirabal, oprime aquí.
de Antillania
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Algunas biografías de escritores dominicanos contemporáneos
Cortesía Museo Latino de Arte
• PEDRO HERNRÍQUEZ UREÑA
• SALOME UREÑA
• FERNANDO UREÑA RIB
• FEDERICO HENRÍQUEZ GRATEREAUX
• ENRIQUILLO SÁNCHEZ
• EFRAIM CASTILLO
• RITA INDIANA HERNÁNDEZ
• PEDRO MIR
• MANUEL DEL CABRAL
• MARCIO VELOZ MAGGIOLO
• ANTONIO FERNÁNDEZ SPENCER
• AYDA CARTAGENA PORTALATIN
• JEANNETTE MILLER
• JOSÉ MÁRMOL
• JULIA ÁLVAREZ
• JUAN BOSCH
• HILMA CONTRERAS
• FRANKLIN MIESES BURGOS
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Rincón Dominicano
Don Pedro Mir
Poeta Nacional
¡Oídlo bien! No alcanza para quedar dormido.
En un país pequeño y agredido. Sencillamente triste,
triste y torvo, triste y acre. Ya lo dije sencillamente triste y oprimido. No es eso solamente.
Faltan hombres para tanta tierra. Es decir, faltan hombres que desnuden la virgen cordillera y la hagan madre después de unas canciones.



Literatura en República Dominicana


La Literatura Dominicana en los EEUU


Modernidad y Mitología


La Poesía Sorprendida


Juan Bosch Gavino






El quehacer poético en la década del noventa


Panorámica de la poesía en RD


Escribir para los demás para sí mismos o Escribir el dilema de los autores dominicanos.









Mario Vargas Llosa y Joaquín Balaguer:
Dos caras del pensamiento cínico

Urania Vargas Llosa debe saber que quienes fueron testigos y cortesanos del ejercicio del poder despótico no pueden ser oro si están en la escoria produciendo escoria, esa reproducción social y no pueden ser buenos en el ejercicio de la maldad del poder como sistema político policial, autoritario.

Ponencia para el Coloquio sobre el Libro
“La Fiesta del Chivo” del escritor
Mario Vargas Llosa



"Enriquillo" Por Manuel de Jesús Galván


Archivo de Instrucción: El caso Orlando Martínez Por Leila Roldán


La Mañosa Por Juan Bosch


La cultura y las letras en Santo Domingo Pedro Henríquez Ureña


¿Tiene que anunciarse a Cristo a bocinazos? Por Miguel D. Mena



El Día después de Balaguer Por Miguel D. Mena



José el carpetoso O la historia de un absurdo Por Vicente Correa



La Magia de los carros públicos Por Miguel D. Mena



Señores, ojo, "Quieren tumbar al Gobierno" Por Miguel D. Mena



Ingénito Por R Rhuayna


El General José Blache y la Trilogía antililisista mocana Por J. Agustín Concepción


La Sangre Por Tulio Manuel Cestero


Crónica de Alba Rosa Por Vicente Correa


El Chivo Por Vicente Correa


Hombre con la menstruación Por Vicente Correa


La Amputación Por Vicente Correa



¿Se confesó el Cura? Por Vicente Correa



!Se está acabando el mundo! Por Vicente Correa



Vampiro Por Vicente Correa









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Literatura dominicana



Literatura en República Dominicana.

Para hablar de todo un poco, vamos a marcar notas interesantes que han sido hito en la historia literaria dominicana.

Julio, por ejemplo, se ha convertido en un mes de muertos en poetas y escritores dominicanos.
El 11 de julio de 2000, fallece Pedro Mir, conocido por su majestuosa obra: “Hay un país en el mundo”.
Y el 14 de julio de 2002, perece Joaquín Balaguer Ricardo y entre sus obras está: “El Cristo de la libertad”

San Pedro de Macorís, es la ciudad más importante de la región oriental del país y capital de la zona, convertida en Sultana del Este, ya que no solo es la cuna de grandes peloteros, sino es reconocida también como la “ciudad de los poetas”.

En sus atardeceres victoriosos, inspiran a sus habitantes y surge un escrito lírico de los petromacorisanos.

En esa provincia, han surgido excelentes poetas entre ellos: René del Risco Bermúdez, José Joaquín Pérez, entre otros, haciendo la lista más extensa del país caribeño.

Pedro Mir que, en una elegía lo mentamos, nació en San Pedro de Macorís y dedicó parte de su tiempo al amor literario.

Encontramos en La Vega, figura como Juan Bosch y Gaviño (escritor y cuentista) y cada lugar del país tira estrellas en las letras.

En República Dominicana: (recordamos a todos los literatos que han trabajado por el bien de esa materia, tan importante para el alma: La Literatura), pero haremos mención de:

-Cristóbal Colón.
(Con sus cartas de navegante, introdujo la literatura a Quisqueya la Bella y por ende a América latina).

-Cristóbal de Llerena.
(Escribió la primera pieza de teatro de América, llamada: “El Entremés de Llerena”.

-Anónimo dominicano.
(Nos brinda la primera novela pintoresca también de las Américas, como fue: “El Lazarillo de Tormes”

Otras figuras de renombre nacional, como Josefa Perdomo y Félix María Del Monte, introducen el Romanticismo en la nación.
-Los hermanos Ángulo Gurídi, introducen el Indigenismo y fue Manuel de Jesús Galván que entra en la historia el Costumbrismo con su obra: “Enriquillo”, el cual cuenta la vida de Enriquillo, indígena que se sublevó contra los europeos tras la conquista de Quisqueya, hoy República Dominicana.

Si de letras se habla, no se puede olvidar a Salomé Ureña de Henríquez que, junto a Francisco Henríquez y Carvajal (su esposo), procrearon grandes hombres a la historia, pero antes de ellos en honor a Salomé Ureña que, publicó sus obras desde los 17 años se puso el 21 de octubre (fecha que nació en Santo Domingo en 1850), como día del Poeta en el país.

De Salomé Ureña en lo personal, me gusta: “El Ave y el nido”, diálogo de ella con una avecita, pero todas desde obras de su esposo al irse de viaje hasta de sus hijos. Y así fue, como lo decía y lo veía desde niño sobre Pedro Henríquez Ureña, surgió y se convirtió en el primer ensayista del país.

-Al desarrollarse el siglo XX con él surgen movimientos propios de vanguardia.

Vedrinismo (Inicia el versolibrismo en el país y las figuras más destacadas son Otilio Vigil Díaz y Zacarías Espinal).
Esta tendencia, la continúa Domingo Moreno Jiménes con el Postumismo.

En 1943, en octubre la poesía sorprendida una idea de grandes hombres se hace realidad reconociéndose (entre otros)
-Alberto Flores Baeza (Chile)- Estudió la poética nacional y llegó a publicar sobre la literatura dominicana.
-Fernández Granell (España)- Introduce el surrealismo en el país.

Nacionales:
-Mariano Lebrón Saviñón.
-Franklin Mieses Burgos-
-Domingo Moreno Jiménes…

En la actualidad, muchos son los protagonistas del país y seguimos trabajando para ellos, entregan valiosos premios anuales.
Letras en San Pedro de Macorís.

Desde sus inicios como provincia, el 10 de septiembre de 1882, San Pedro de Macorís, ha hecho historia en la literatura hispana y claro está en la dominicana.

Escritores que le escribieron a la pujanza del país (durante la Primera Guerra Mundial), otros pertenecientes a los principales movimientos literarios, que se desarrollaban en la época.

Es como diría un poeta: “Todos los nacientes en esta santa tierra de Dios, lo hacen con el don divino de escribir”, profesores, reinas de bellezas, el pobre y todos los que de una u otra forma se siente propio de Macorís del mar escribe.

Aquí nació, en 1913 Pedro Mir, un magnánimo poeta de todos los tiempos, cuya obra “Hay un país en el mundo”, le dio fama internacional.
… “Hay un país en el mundo, en el mismo trayecto del sol, oriundo de la noche”…

Ludin Lugo, reina de belleza petromacorisana y que desde los 14 años de edad ha escrito. Posee hermosas poesías y novelas y la más destacada es: “Canoas de Falso piso”, novela de ilegal.

René del Risco, unos de los más jóvenes reconocidos poetas de la principal provincia del Este del País. Del Risco, René fundó un movimiento muy importante llamado El puño, en el cual hizo sus pinos como iniciador y líder de un grupo de vanguardia en el país: “Ahora que vuelvo Tom”, un escrito en 3era persona que narra los desafíos y recuerdos en los que se ven sometidos muchos amigos al pasar de los años.

Francisco Domínguez Charro, considerado como el primer poeta petromacorisano en fundar en la ciudad de Santo Domingo un movimiento de vanguardia, junto a Rubén Suro, el cual se llamó “Grupo los nuevos”

En un grupo (no menos importante), que se encuentran los actuales y pasado), han servidos de manera global a la literatura en nuestro continente:

-José Joaquín Pérez. -Otilio Vigil Díaz (radicado en Macorís). -Freddy Gatón Arce. -René del Risco. -Américo Lugo. -América del Risco. –Carlos Pérez Guante. -Miguel Phips. -Simeón Arredondo. -Ketchy Perla. -Fermín Álvarez.

Estos 5 últimos actuales. En los diarios como por ejemplo, Listín Diario muchos nacidos aquí en San Pedro de Macorís, escribimos en columnas y participamos en los foros con temas de interés de manera poética.




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SU OBRA COMO HUMANISTA:
Antes, durante y después de su ingente labor gubernativa, Joaquin Balaguer ha aportado uno de los mas enriquecedores aportes intelectuales que registra la historia de la cultura dominicana y de Iberoamérica. Su creatividad poética, iniciada cuando apenas contaba quince años de edad con las obras Psalmos Paganos (1920), Claro de Luna (1920) y Tebaida Lírica (1924), la continua a lo largo de su intensa vida publica con Azul en los Charcos (1941), Guía Emocional de la Ciudad Romántica (1944), dedicada a exaltar los valores arquitectónicos e históricos de la ciudad de Santo Domingo, primada de América; Cruces Iluminadas (1975) y la Cruz de Cristal (1976), ambos poemarios dedicados al dolor por sus familiares fallecidos; El Huerto Sellado (1981), una especie de autoantología de sus inquietudes poéticas juveniles; Galería Heroica (1986), cánticos poéticos destinados a honrar héroes nacionales; La Venda Transparente (1987), poemario que expresa su resignación ante su ceguera y la fuerza creadora que esta circunstancia le promueve, y Voz Silente (1993), versos íntimos de sus mas recientes creatividades poéticas.
Como estudioso de la preceptiva literaria y de la filología, los aportes de Joaquin Balaguer son numerosos: en 1927 publica un ensayo acerca del escritor Federico García Godoy y en 1930 aparece su obra Nociones de Métrica Castellana. En 1939 publica Heredia, Verbo de la Libertad, dedicado a estudiar al poeta dominicocubano que estimulo la lucha de aquel país por su independencia. En Torno a un Pretendido Vicio Prosódico de los Poetas Latinoamericanos, aparecido en 1944, avanza en el análisis de la poesía iberoamericana . Ese mismo año publica Letras Dominicanas y su obra de texto escolar Historia de la Literatura Dominicana. En 1947 aparece su libro Los Próceres Escritores y en 1948 edita Semblanzas Literarias. Seis años después, en 1954, publica su enjundioso ensayo, señalado como texto en varias universidades de habla castellana, titulado Apuntes para la Historia Prosódica de la Métrica Castellana, ensayo recomendado por ilustres filólogos ibéricos. En 1958 aparece su importante monografía Colon, Precursor Literario, traducida recientemente al francés. En 1996 aporta el ensayo didáctico Yo y Mis condiscípulos.
No menor importancia tienen sus obras como historiógrafo y estudioso de las ideas políticas. Publica en 1941 el ensayo Tratado Trujillo -Hull, relativo a la independencia financiera dominicana. Aparece en 1944 su libro La Política Internacional de Trujillo y en 1947 aporta el enjundioso estudio acerca de La Realidad Dominicana. Publica en 1950 la notable biografía del Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte, titulada El Cristo de la Libertad y en 1952 aparece su memorable ensayo acerca del Principio de la Alternabilidad en la Historia Dominicana. En 1957 publica La Palabra al Servicio de la Libertad Política. Precisamente, en 1962, elaborado durante los días difíciles de la caída del régimen de Trujillo, publica una biografía de Antonio Duverge, titulada El Centinela de la Frontera, y en 1966 aparece su monografía Apuntes para la historia de los Trinitarios , el grupo de patriotas que fundara en 1838 la agrupación revolucionaria que hizo posible la separación dominicana de Haití. En 1973 edita la recopilación de sus pronunciamientos políticos durante las ultimas dos campañas electorales, titulada La Marcha Hacia el Capitolio, así como una selección de sus mas importantes piezas oratorias sobre asuntos educativos y de sus actividades diplomáticas. Edita en 1974 sus ensayos Temas Históricos y Literarios y en 1975 publica La Palabra Encadenada, o sea, sus mas notables discursos durante la Era de Trujillo. En 1976 aparece una importante recopilación de sus mensajes presidenciales y en 1978 se edita Pedestales, recopilación de los memorables discursos que ha pronunciado acerca de héroes nacionales y latinoamericanos. Para incursionar en la novela histórica, publica en 1983 su valiosa narración Los Carpinteros. En 1984 imprime La Isla al Revés, el mas importante análisis sociológico sobre la dicotomía social que prevalece en la isla de Santo Domingo. En 1988 aparecen sus Memorias de un Cortesano de la Era de Trujillo, libro singular en donde enjuicia aquel periodo, así como a sus personajes mas connotados y su propia labor en aquel interregno.
En suma, el trabajo de Joaquin Balaguer como literato, humanista y hombre de Estado, constituye un patrimonio de extraordinario valor para la historia cultural, política, económica y social de la República Dominicana y del entorno geopolítico de este país, que es, precisamente, guardián de las primicias mas decisivas en la gesta del descubrimiento y de la evangelización del Nuevo Mundo.
El valor de sus aportes a la República Dominicana aun sigue adelante, pues continua muy activo al frente de su Partido Reformista Social Cristiano y en la faena sin sosiegos de estudiar y escribir acerca de los valores de la iberoaméricanidad.
Principales obras literarias del Dr. Joaquín Balaguer:
a) Obras Poeticas de su Juventud:
Poemas publicados entre 1920 y 1924, obras que le colocan en los primeros puestos del parnaso dominicano.
La Guía Emocional de la Ciudad Romántica constituye la más valiosa exaltación literaria al patrimonio monumental e histórico de la ciudad Primada de América, Santo Domingo, declarada Patrimonio de la Humanidad. Psalmos Paganos, Claro de Luna, Tebaida Lírica.
b) Obras poéticas escritas en el período de su madurez literaria de 1975 a 1993
Estos poemarios contienen sus más válidas inquietudes que expresan su gran sensibilidad humana. Se adevierte en estas producciones literarias la influencia del estilo clásico y renancentista de la literatura castellana.
Cruces Iluminadas y La Crúz de Cristal son poemarios de una belleza extraordinarias dedicados a sus padres y sus hermanas fallecidas y al significado y trascendencia de la muerte como final y principio de la liberación humana.
La Venda Transparente y Voz Silente, constituyen sus últimas producciones poéticas y contienen los mas elevados alientos de sus inquietudes estéticas.
El Cristo de la Libertad y El Centinela de la Frontera constituyen sus más esmeradas biografías, la primera, del padre de la patria, Juan Pablo Duarte y la segunda del general Antonio Duvergé, la espada mas consistente en la defensa de los fueros nacionales.
c) Como filósofo y estudioso de la semántica de la lengua castellana y de la preceptiva literaria, Joaquín Balaguer tiene las siguientes obras:
Historia de la Literatura Dominicana, la mas completa explicación del proceso de la producción literaria del país, incluyendo la época colonial, la primera, la segunda y la tercera república, así como de la sletras actuales. Esta obra es texto para los estudiantes primarios y secundarios del país.
Su mas importante obra como lenguista es Apuntes para la Historia Prosódica de la Métrica Castellana, aceptada por las principales instituciones y tratadistas españoles sobre la materia.
Los Próceres Escritores y Galería Heróica, constituyen las obras de exaltación literaria dedicada a los héroes nacionales.
d) En sus actividades políticas, ecónomicas y sociales como presidente de la república y líder de su partido, el PRSC, Joaquín Balaguer ha publicado las obras siguientes: La Marcha Hacia el Capitolio, la que reune sus mas importantes discursos de sus primeras campañas electorales.
Entre la Sangre del 30 de Mayo y la del 24 de Abril, es el mas importante y revelador testimonio acerca de los dias dificiles en que dirigió el país, a raíz de la mueerte de Trujillo.
Mensajes Presidenciales reúne sus alocuciones ante el congreso nacional. Una rica relación de mensajes cargados de sabiduría como hombre de estado y político de mejor raza.
Memorias de un Cortesano de la Era de Trujillo, constituyen sus memorias acerca de su vida, desde la niñez hasta sus años como servidor de Trujillo. Obra cargada de enseñanzas de formidable significación histórica y social.
Los Carpinteros | La Palabra Encadenada | Letras Dominicanas
Mensaje al Pueblo Dominicano
DISCURSOS " Temas Históricos y Literarios "
YO y Mis Condicipulo | Guia Emocional por la Ciudad Romantica
Los Proceres Escritores | La Isla al Reves "Haíti y el Destino Dominicano"
La Voz del Capitolio | La Venda Transparente
De Vuelta al Capitolio | Pedestales | El Centinela de la Frontera

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El pensamiento europeo
Escrito por: Administración de artículo.org
INTRODUCCIÓN
No quise continuar este ensayo sin haber considerado los puntos del doctor José M. Mardones. En su explicación de la “paradoja mayor de la ética”, comenta una relación del mal con el pecado, y retoma precisamente elementos de la guerra en Europa y su vinculación con el tema del mal.
Mardones hace referencia a las limitantes de la libertad y a la cuestión del remordimiento en la consciencia. De cierto modo, se puede entablar una relación de este elemento con un remordimiento de una consciencia social o colectiva y precisamente como es comentado por Moore, todos estos adjetivos de bueno, malo, vicio, son juicios éticos.
Si la casuística es la meta de la investigación ética, como lo expone Moore, también tiene que considerarse al mal como una sustancia, un objeto que no depende de las circunstancias ni siquiera de las justificaciones porque entonces se caería en un justificación y sobre todo un relativismo ético.

1. PENSAMIENTOS: CAUSAS Y EFECTOS DE LA CRISIS HUMANA
Europa siempre fue un modelo para Latinoamérica, las modas, las ideologías, los pensamientos eran reflejo de esa crisis pero también de esa supuesta superación del ser humano en relación a su entorno, la post-guerra fue un factor decisivo y un parte-aguas para entender, valorar y comprender al ser humano, su capacidad creativa y su libertad destructiva.
En “La vida filosófica”, Karl Jaspers comenta que los cimientos se tienen por la historia y que existe una consciencia del mundo. Si bien es cierto que el ser humano es responsable de su presente, no puede modificar nada del pasado, pero sí aprender de ello y es aquí donde la filosofía, la antropología, la etnología nos abren una puerta de oportunidades para entender al ser humano en desarrollo y transición, ese cambio del ser inmaduro a la madurez y que de cierto modo, la post-guerra fue el clímax de toda una revolución industrial e ideológica.
“Pensar es comenzar a ser hombre” dice Jaspers (p. 104). Muchas de las acciones, y fatalidades de la guerra fueron insensibles a otro ser humano, a un ser plural, supuestamente tolerante de otros, y es aquí donde entra la interrogante, ¿dónde estaba la ética en la guerra y cómo quedó posicionada en la post-guerra?, indudablemente no es tarea fácil asumir el rol de un personaje o de una identidad que vivieron, palparon, sintieron los acontecimientos.
En un artículo por John Clammer, se comenta si la post-guerra afectó o ayudó al concepto de modernidad en Japón, y comenta que la mayoría de la solución no está en la cultura sino en la ética.
Al preguntarle al doctor Mardones si el remordimiento -que estaría vinculado a la consciencia- (y esta a su vez condicionada por valores previos, escuela, educación familiar), podría decirse que un ser que siempre actuó mal y que vio o piensa que el mal es norma, es tan normal (natural) que lo distorsiona, podría pensar o sentir que este mal sería un bien deseable, la respuesta fue contundente, sí puede y es una patología. De cierto modo, la guerra fue una enfermedad social, pero necesaria, así como el pecado del ser humano no puede ser desvinculado de la persona, así como el bien no se entendería sin el mal, son efectos de cambios sociales, convenientes para algunas minorías y perjudiciales para otros.
2. GUERRA: SABER MORIR, POST-GUERRA SABER VALORAR AL SER
Y si bien es cierto que la filosofía es indispensable, y está en todo tiempo, como lo afirma Jaspers en “La filosofía desde el punto de vista de la existencia”, también es cierto que la post-guerra promovió un cambio de ideología, los paradigmas se rompen desde el momento que el individuo quiere quebrar ese sentimiento de angustia, de infra-humanidad que de cierto modo, la guerra dejó como estigmatizado al ser evolutivo, le dio una lección fuerte, dura y difícil de asimilar.
Y todavía es más interesante ver el concepto de humanidad, del ser en la guerra y después de ella, los grupos sociales, las minorías pasaron a ser dominantes, los oprimidos siguieron siendo abusados, atacados y estos tomaron ese rol, así inconscientemente jugaron ese papel ante la humanidad. Recordemos lo que P. Freire apuntaba sobre la libertad y las clases sociales, una de sus grandes hazañas fue precisamente tocar diversas esferas sociales, pero el mismo aceptaría que habría padecido y sufrido, alguna vez comentó que sabía lo que era tener hambre, así, el sujeto plasma lo que ha pensado y sentido en el pasado, de igual forma que la sociedad lo hace. Aquí el ser humano supo lo que era carecer de la ética, del bien común, de la honestidad y vivió precisamente la situación opuesta que posteriormente se convertiría en una magistral oportunidad para aprender a valorar a la ética. Pero todavía es más preocupante, entender esa carencia y miseria humana, ¿se necesita sufrir y padecer para valorar y re-encontrarse con el ser humano, noble, bondadoso que busca la verdad y el bien común?
De cierta manera, no se puede trazar una línea exacta del pensamiento europeo, con esas tendencias medievales, y renacentistas de buscar el cambio, de producir, innovar; es necesario destruir, esa destrucción de las ideologías, de falacias, de argumentos por autoridad donde el individuo sería y dejaría ser explotado por una sociedad fragmentada, segmentada en opiniones y donde la verdad todavía sería más borrosa. La realidad es que en la post-guerra, la ética no funcionó, no solucionó grandes problemas sino que vislumbró otros, rompió la estética por así llamarlo del ser, para entender que la sociedad estaba corrupta, su consciencia estaría basada en la opinión de las mayorías y no tanto en la realidad de las cosas.
Y esta crisis ética, no fue nada más que reinventar, acomodar y re-asimilar nuevos estadios y conceptos planteados en la guerra, la ética plantearía porqué no habría una justicia, esa justicia de la teoría griega, del ideal, utopía de dar a cada quien lo que merece, de entender que la sociedad no merecería muertes, ni miserias humanas reflejadas en el otro pero sin embargo eran vistas como justas para ciertos individuos. En el artículo por Mark Steven, se examinan los aspectos de la globalización, de qué forma es una amenaza a los valores sociales con una ética legal. Nicholas Rescher en: “American Philosophy Today”, se cuestiona si la filosofía Norteamericana está sana, esto es transferido a lo que dice Sidwick mencionado por Moore: “…si se toman juntas estas afirmaciones, se llegará al resultado absurdo de que la mayor felicidad es el fin de la acción humana que conduce a la felicidad general”, -que Kant lo mencionaría en la segunda crítica del imperativo categórico al cuestionarse si la acción puede suceder como ley del sistema natural del que uno es parte-, es posible que la ética siga buscando el bien común pero también que el imperativo de la acción humana sea precisamente esa búsqueda de la felicidad –que Carlos Gual lo mencionaría como: “el arte de avanzar en la ardua búsqueda de la felicidad”. A través de la utilización del otro, es decir, ver al ser humano como objeto más que sujeto para lograr diversos fines que se consideran correctos o deseables.
3. LA GUERRA Y CONCEPCIONES DEL MUNDO
El problema es que la guerra, siendo una fuerza, atraía y repelía ciertas concepciones del mundo, la post-guerra también lo formuló y evidencia de ello son toda la serie de lamentaciones y de supuestos que se hicieron, habría que ver si la ética tendría la capacidad de elegir (proaíresis) voluntariamente las acciones humanas, habría que ver qué voluntades (usus activus) se presentaron para tomar la consciencia de terminar con esa guerra. La ética no se terminó, ni se denigró en la guerra, simplemente se disfrazó para representar lo que un grupo de poder quería que representara, adquirirían poder y status mediante el convencimiento de las mentes humanas, de cierto modo, ese rompimiento de la ética en la post-guerra no fue más que una interpretación pervertida de lo que ya se estuvo acostumbrado a ver como “normal”, “típico” que en este caso era la destrucción humana.
Desde la perspectiva ontológica, el ser humano estaba debajo de los valores supremos como el amor, la confianza, la justicia, todos esos valores estéticos se convirtieron en valores materiales, económicos, lo cual ocasionó esa disrupción entre el ser y el tener, entre saber para qué serviría la ética en ese momento. El pensamiento europeo de cierto modo ayudó a establecer ese vínculo entre el ser y la acción, lo ético y lo anti-ético, lo moral y no inmoral, todo aunado a circunstancias y qué decir tiene la influencia de los grupos religiosos como la Iglesia para consolidar y modificar ciertas conductas aunadas a ciertos rituales y por qué no decirlo, mitos de los cuales muchos individuos estarían convencidos, esa idealización religiosa en la post-guerra fue también un factor determinante para entrelazar el concepto de moral –morus, vivienda- con la religiosidad del ser, ¿se necesitaría del mito, de la religión para ser ético? Que es de cierto modo, una concepción divina, “sacra”, intocable del objeto del bien, inmodificable, que no tiene movimiento ya que se asume una perfección, y de cierto modo, aunque Jaspers diga que la filosofía no tenga un objeto sagrado a diferencia de la religión, es posible ver que muchas doctrinas filosóficas que han perdurado han sido vistas como inmutables, perfectas, se consideran ideas a las cuales ni el tiempo ni el espacio les hace daño, así, una doctrina ideológica-filosófica pudo haber sido la que A. Hitler propagó, al hacer ver que la guerra conseguiría fines buenos, inmediatos y deseables, tal vez lo que Jaspers comenta sobre “saber morir”, y ese era precisamente el concepto de la guerra, morir con dignidad por un defecto físico o simplemente una condición étnica, pero habría que dar ese paso.
Y ese paso llevó al ser humano a la autorreflexión –pensamiento autónomo-, pero a su vez a entender dentro del contexto de la post-guerra –pensamiento colectivo, reflexión compartida, tal vez socializadora-, que había que aprender a decir no, a saber vivir –valor contrario al pasado-, a entender el padecimiento del otro, a entenderse a sí mismo a través de una huella indeleble.
“La moral y la economía se implican mutuamente,
pero no en el sentido marxista, en donde la ideología dominante es la de la clase dominante” (Bates, G. Mercedes. “La ética”).
4. DISOCIACIÓN SUJETO-ACCIÓN
Un problema fundamental de la acción humana, es saber disociar al ejecutor de la acción, ya que es lamentable observar cómo ciertos individuos juzgan no solo la acción de la persona sino al mismo individuo. Aquí cabría mencionar la falacia naturalista, creer que una ley de la naturaleza es respetable, ¿no se considera al ser humano parte de la naturaleza?, entonces, si fuera una ley pasaría a ser respetada, es decir, la ley en el sentido del dominio del ser humano, de sus capacidades, de sus impulsos, deseos, sensaciones, esos elementos no son regidos por leyes sin principios. El asumir o pensar que un líder enfermo de poder puede ver las cosas anormales como normales y a su vez estas cosas normales y naturales como “buenas”, ese concepto de bien se crea en la mente e imaginación de otros y se cree, ahí se entra en una falacia de argumento por autoridad –podría ser definido como un “evidente de suyo”-, por lo tanto, lo bueno no está en función del que define el bien o en función de sus argumentos –por ejemplo utilitaristas para justificar la matanza de personas y decir que eso es más deseable por llegar al poder o supuestamente perseguir un valor mayor-.
De esta manera, la ética sufre una crisis al no poder desligar la acción del sujeto, al ver que un líder no podría ser bueno, simplemente juzgado porque sus acciones eran contrarias a lo que la sociedad esperaría.
La ética de cierto modo sufrió transformaciones y presiones, lastimosamente fue usada y manipulada para convencer a ciertos individuos o simplemente justificar las acciones. Si lo “bueno” no puede ser definido, ¿entonces cómo se conoce lo malo? aunque ciertos diccionarios como la Real Academia de la Lengua definan malo como padecimiento, enfermedad, la ética puede ser mala, si es incorrectamente utilizada y aplicada de una forma que produce un cáncer social, es decir, con fines políticos o económicos, dejando a un lado la relevancia del ser humano, sus ideales, sus potencialidades, sus anhelos. María Montessori comentaría que la educación y la política no podrían estar de la mano. Habría que cuestionarse hasta qué punto la esfera política cambió el concepto de la ética y de qué manera el individuo dejó de ser un animal simbólico para pasar a ser un animal emocional, sentimental, que empatizaba con los demás, que tenía una memoria y un recuerdo doliente del pasado.
4. ¿EVOLUCIONÓ LA ÉTICA CON LOS CAMBIOS SOCIALES?
Es aquí donde se percibe un riesgo, una evolución –que no implica ser lo mejor- de la ética, y como Moore lo comenta, no existe una comprobación de que el desarrollo o evolución natural sea necesariamente lo bueno. Así, si tomamos en cuenta a la post-guerra como un reflejo de la evolución de la guerra, no necesariamente implica que haya sido un estadio bueno, o asimilado en su momento, simplemente fue.
Aquí entra otro punto interesante, el egoísmo del ser humano, del individuo por conseguir sus fines y propósitos, descuidando el de los demás, dejando de pensar en otro ser humano evolutivo, simplemente limitando su cuerpo, su mente y su espíritu a un egocentrismo, una etapa natural y normal de la niñez, esa postura “natural” pasa a ser buena –falacia naturalista- y si la ética se permeó y se contagió de este virus llamado egoísmo, entonces iba a padecer igualmente el sujeto con el sistema ético; sin embargo, ese pseudo egoísmo era necesario, se pedía a gritos para poder sobrevivir y mantener ciertas estructuras axiológicas del ser en relación con el otro, ya no era el ser y la comunidad, pasó concebirse como el ser en la comunidad que tendría que enfrentar y afrontar los problemas diversos.
Gianni Vattimo al comentar sobre el proceso unitario de la historia, hace referencia a la transformación radical del imperialismo europeo: “…determina el paso de nuestra sociedad a la post-modernidad. El occidente vive una situación explosiva, una pluralización irresistible no sólo en comparación con otros universos culturales…” (p. 643). De cierto modo, esa visión del mundo nuevo, moderno, innovador –como diría Jaspers, que deja el alma vacía-, también permite obtener un cambio de consciencia de lo que fue la ética y de lo que sería hoy en día.
De cierto modo, la normatividad jugó y sigue siendo un elemento fundamental para entender las acciones humanas dentro de la esfera ética, Christine Korsgaard lo comenta: “La filosofía moral de la época moderna puede interpretarse como una búsqueda de la fuente de la normatividad” que es lo que Ludwing Wittgrenstein comentaría sobre estar “absolutamente seguro” y como concluye su conferencia, “mi único propósito[…] es arremeter contra los límites del lenguaje”, de ahí la importancia de la definición semántica de los términos y la jerarquía que se le atribuyen a los mismos, es decir, definir concretamente qué fue la post-guerra –diría Jaspers, sentirse vacío, perdido, y si ya terminó porque como algunos autores señalan, el cambio es constante, y tal vez ese estigma siga latiendo en la humanidad.
CONCLUSIÓN
El ser humano está condicionado por prejuicios mentales, actúa conforme a su visión del mundo. En muchas ocasiones estos prejuicios son convertidos a falacias, y para otros verdades, puede ser que existan sofismas donde la intención es de no engañar pero sin embargo se cree en esa pseudo-realidad.
La guerra, -como cualquier guerra-, dejó estigmas, dolores ideológicos, fuertes sufrimientos para alcanza diversas metas propuestas por unos cuantos, estas metas fueron compartidas y nadie se llegó a imaginar la trascendencia que ello ocasionaría. La Ética no pudo soportar el dolor ajeno, se convirtió en aliado del sentimiento, del “corazón”, se sensibilizó y tuvo que modificarse, adaptarse a las circunstancias, por muchos fue mal empleada para cumplir de cierto modo sus fines y objetivos, sin importar lo bueno, el bien y la verdad, la pasión, la criminalidad, el odio y el racismo estaban por encima del ser humano y muchos lo creyeron, y otros creyeron que después de la guerra las cosas cambiarían, sin pensar que los sujeto resultados de este sucesos histórico siguieron sufriendo traumas psicológicos, sueños inadmisibles, traían la tragedia en su mente, en su memoria y en su espíritu, esto indudablemente daño los lazos de amistad de la Ética con la sociedad, el ser social ya era otro, su aspecto era diferente aunado a su identidad perdida, fue una época de gran reflexión.
La post-guerra fue resultado de una transición importante, hizo eco en muchos lugares del mundo, es más, hasta hoy en día hablamos de la post-guerra como un hecho necesario, efecto de un sufrimiento social, humano o mejor dicho de una actitud y comportamiento anti-humano o infra-humano, incstintual, donde el ser humano desbordó temores, pasiones, sentimientos, angustias y aprendió otros.
Sin embargo, fue un cambio paulatino y como todo cambio, se deja de aprender y se aprehenden otras cosas, motivaciones nuevas, nuevas actitudes, y así la ética cambió con el cambio del concepto del ser humano-trascendente. Fue una enfermedad social contagiosa, importante para muchas empresas, donde el objetivo último fue, producir, ganar económicamente y utilizar a ciertas personas como instrumentos para llegar a ese hedonismo, ese placer necesario, muy anhelado por la mayoría y la ética no pudo ser el paliativo, simplemente se enajenó.
¿Cuál fue el imperativo de la praxis humana?, no fueron todos los humanos habidos y por haber los que ocasionaron la guerra ni los que vivieron la post-guerra, por lo tanto no se puede realizar una argumentación universal. El ser humano actuó conforme a las circunstancias que tenía a la mano, un individuo no puede cambiar toda una sociedad, necesita del buen corazón de los demás, y luego se aprovecha de esa honestidad, nobleza, bondad –virtudes tan comentadas por nuestros queridos clásicos griegos- para luego transformarlas a vicios, errores, y causar problemas, tragedias. Aquí nos damos cuenta que la imaginación, el soñar, el idealizar una nación o simplemente a un grupo de gente puede ser muy arriesgado.
Pero la Ética se disfrazó, de hecho había héroes morales, éticos y también fracasados en base a un “bien” llamado poder, materialismo. Y como lo comenta P. Bowen en su artículo: “The Great Cultura War. Military tradition, virtue and post-modern morality” –tradición militar y virtud enfatizan la misión y los propósitos.
Y otro problema es el enfoque que se presenta en la post-guerra, ¿realmente estamos viendo al individuo o al colectivo? ¿se están viendo sujetos dinámicos o acciones morales? En cierta medida, tal vez se analicen ambos aspectos, el pensamiento europeo ya no tenía más remedio que ajustarse a las problemáticas y utilizar esos problemas como áreas de oportunidad, estas problemáticas traducidas en tragedias humanas, pérdidas incalculables que debieron ser tan importantes para la ética como el saber definir lo que es la felicidad, la justicia, lo bueno o el bien.
Quisiera terminar estas líneas enfatizando la importancia de la re-estructuración de conceptos a nivel semántico. Además, incluir una taxonomía dentro de la ética, el pasado nos dejó un gran legado, enseñanzas lamentablemente a través del sufrimiento del otro, no de mi propio yo, porque si mi yo hubiera estado padeciendo y sufriendo esos acontecimientos, el concepto de bien, bondad, falacia naturalista tal vez hubieran sido puras utopías, sueños inalcanzables porque el sufrimiento encarnado, hacer ver que la ética en la vida real no es como se entiende dentro de un marco de referencia menos complejo.
Es lindo observar los ideales de Jaspers, de Moore, McIntyre, y de otros muchos, son conceptos bellos, nobles que nacen de un espíritu de aceptación al cambio, son autores que manejan conceptos académicos muy importantes e interesantes, pero son conceptos huecos, carentes de sentido si no se contextualizan y sobre todo si no se sabe comprender al individuo dentro de un hecho socio-histórico, si el concepto no entiende al ser en relación consigo mismo y con el otro, donde la política estaba tan desfasada como la educación, donde las armas eran instrumentos y agentes de cambio como los libros e ideologías, donde la post-guerra fue una herida que sigue estando abierta, no tiene ningún caso entender el Hedonismo, el placer, la justicia, el bien, lo bueno, sin entender el sufrimiento del ser humano, sus intenciones y sobre todo su voluntad de crecer, sin comprender que lucrar con los sentimientos humanos es un enorme pecado social, donde lo más valioso del ser es su ser, su pensamiento, su yo, eso nadie se lo podía dar ni quitar, aunque a veces crea que la evolución moral se da a través de una involución, un retroceso humano, a través de la pérdida de valores para supuestamente retomar otros nuevos o mejores, mediante la falta de dignidad y creyendo que la tecnología ayudará a re-valorar esa identidad perdida.
REFERENCIAS:
Dussel, Enrique. Algunas reflexiones sobre la “falacia naturalista” DIANOIA, 2001.
Clammer, John. “Transcending Modernity? Individualism, ethics and Japanese discourses of differences in the Post War world” Sophia University, Tokyo Japón. [Referencia en línea: http://the.sagepub.com/cgi/content/abstract/57/1/65]
Steven, Mark. “Harmonization or homogenization? The globalization of law and legal ethics - an Australian viewpoint.” Vanderbilit Journal of Transitional Law, (2001). [Referencia en línea:www.highbeam.com/library/doc3.asp?DOCID=1G1:80750278&num=11&ctrlInfo=Round9g%3AProd%3ASR%3AResult&ao=]
Bowen, Peter. “The Great Cultura War. Military tradition, virtue and post-modern morality” [Correo electrónico del autor: psbowen@sangreal-group.com ]
Moore, G. “Principia Ethica” Segunda edición, Universidad Autónoma de México. México, 1997.
Wittgenstein, L. “Conferencia sobre ética”. Paidós., Madrid, 1990.
Jaspers, K. “La filosofía desde el punto de vista de la existencia”. Fondo de Cultura Económico., México, 2003.
Rescher, Nicholas
Vatimmo, G. [sin referencia, hojas sueltas]
Mardones, J. “La paradoja mayor de la ética”. Conferencia sobre el mal, la ética y la libertad. Efectuada en las aulas de la Universidad Virtual del Tecnológico de Mty. [Miércoles 23 de Febrero, 2005. 19:30-21:05 hrs]
San Pedro, garza garcía. Nuevo León.
Febrero de 2005.
INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE MONTERREY
Maestría en Ética Aplicada
Universidad Virtual: www.tec.com.mx
Ensayo:
“La respuesta del pensamiento europeo a la crisis ética de la post-guerra y sus consecuencias. Los imperativos para la acción humana”.
Para el curso de Discursos Éticos contemporáneos.

Por: Francisco Xavier González G
A01001204@itesm.mx – fxgonzal@att.net.mx
Fuente del artículo http://www.articulo.org/autores_perfil.php?autor=1
Estos son artículos de distintos escritores, que no tienen perfil, originalmente añpensamiento europeo en el siglo XIX
Contexto histórico-social del romanticismo español
RELLENA CADA HUECO CON LA RESPUESTA QUE, EN CADA CASO, CREAS CORRECTA. AL ACABAR PRESIONA SI QUIERES EL BOTÓN DE RESPUESTAS (la aparición de términos en inglés se debe al programa utilizado en la confección de este ejercicio).
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________________________________________
1. La literatura decimonónica -romántica primero y realista después- hunde sus raíces en la filosofía; tras la muerte de Kant en 1804, ésta se orienta en dos direcciones bien diferenciadas:
la racionalista y la ilustrada
la neoilustrada y la tradicionalista
la idealista y la materialista
la romántica y la realista
2. La primera de ellas tiene como fin el análisis dtallado de lo concerniente el espíritu o Idea. La segunda, en cambio, está relacionada con el enorme desarrollo científico de la época y su objeto de interés reside en
la tecnología
lo material y lo sensible
lo inmaterial
lo insensible
3. A esta segunda tendencia filosófica también se le llama
Positivismo
Tecnicismo
Dialéctica
Escepticismo
4. La primera corriente -la idealista- está estrechamente ligada al Romanticismo. Su principal representante será
Kant
Descartes
Hegel
Marx
5. La figura máxima de la segunda línea de pensamiento es
San Agustín
Lord Byron
Sartre
Compte
6. Para los pensadores idealistas el espíritu es la esencia de lo humano. Espíritu concebido como
algo tangible
fuerza creadora
algon intangible
fuerza destructora
7. En permanente movimiento, el espíritu humano pone de relieve para los odealistas
el yo de cada individuo
la capacidad de pensar
la capacidad de amar
la solidaridad con los demás
8. El individuo es concebido entonces como un ser que desea romper con sus propios límites para alcanzar el infinito. El yo idealista es, pues,
un ser feliz
una conciencia pletórica
un sentimiento de plenitud
una conciencia desgraciada
9. En el fondo, todo el pensamiento idealista, se centra -y logra contagiárselo al Romanticismo- en el tema de
la humanidad
la libertad
el progreso
la satisfacción
10. Individual y colectivamente, la historia -como pensarán más tarde los marxistas- se concibe como búsqueda espiritual (los marxistas pensarán dicho proceso en términos económicos y de lucha declases sociales) de la libertad, como un proceso
estático
de ida y vuelta
dialéctico
uniforme
11. Políticamente, podría decirse que -a grandes rasgos- el pensamiento idealista de la primera mitad del siglo XIX se traduce en la corriente llamada
anarquismo
liberalismo
doctrina libertaria
socialismo
12. Además de la libertad económica y de las libertades individuales (pensamiento, expresión, reunión...), los liberales defenderá
el autoritarismo
el paternalismo estatalista
la soberanía popular
la soberanía por derecho divino
13. El poder, para los liberales, reside en el pueblo y lo ejerce a través de sus representantes. Por ello el pensamiento liberal enfatiza las Constituciones y
las cortes reales
los derechos de la Nobleza
los derechos del clero
los Parlamentos
14. El motor de todos estos cambios políticos y económicos -a veces más moderados, a veces más radicales- pasará a manos de
los primeros ministros
la burguesía
la Nobleza
el Clero
15. Dicha clase social, tras asumir el poder en toda Europa, se dividirá en una burguesía -la Alta- de tendencias conservadoras y pactistas con la Aristocracia y otra más radical -demócrata o progresista-
la baja burguesía
la burguesía pobra
los indianos
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Los dos compadres
Era un día cualquiera de cualquier semana de primavera. Don Epifanio y don Epiceno se encontraron en el parque San Lázaro para compartir sus cuitas. Hoy, más que nunca, mostraban unos semblantes vivarachos. Don Epifanio llevaba una bolsa de papel de estraza debajo del brazo. Estaba cerrada en su parte superior. No se podía distinguir claramente lo que la bolsa contenía dentro. Don Epiceno, con el rabillo del ojo, trató de otear y revelar el secreto. Pero no pudo extraerle el misterio. -Estaba pensando, compadre Epifanio, que, siempre que estamos aquí, nomás hablamos de la gente y de los barrios y qué sé yo de cuántas cosas más. En «odre güeros», siempre andamos mitoteando y comadreando, como dos viejas desdentadas. ¿No lo ve usté ansina?
-Pos sí, compadre Epiceno. Pero, ¿de qué más podemos platicar? -Pos... de nosotros, de su vida, de la mía, de cosas ansina. -Pos está bien. Comencemos por su vida, pues.-¡Ay, chihuahua, y... ¿por qué no mejor por la suya primero? -No, compadre Epiceno. Por la suya primero, porque a mí se me ocurrió primero la idea. -Sí, usté fue el que dijo primero hablar de mi vida, pero yo fui el primero que dijo que habláramos sobre nuestras vidas. ¿Que no? -Pos sí, compadre Epiceno, tiene usté razón, pero yo creo que debemos primero hablar sobre su vida, porque yo fui el primero que lo dijo. Además, creo que su vida es más pintoresca que la mía.
-¡Un momento, compadre Epifanio, un momento! Si usté comienza otra vez con sus palabritas, yo me descuento y cuiteo al punto y me voy d'aquí pa'l rial. -Perdone, compadrito, y no se caldee. Además, si yo uso «palabritas», como usté acaba de decir, usté está empleando horita mismo «palabrotas». A ver si nos entendemos, pues. -Compadre Epifanio, usté es muy bueno pa' confundirme y confundir todo. Vamos despacio. Yo nomás le dije que no usara esas «palabritas» que nadie entiende. A ver, ¿qué fregaos quiso usté decir con «pintor...»?
-«Pintor...esca», «esca». Esta palabra significa que su vida de usté tiene mucho color, que es interesante, que es muy suya, diferente de otras. ¿Entiende, compadre? -Pos seguro que entiendo. Yo no necesito que usté me diga que mi vida es mi vida, y que es diferente de la vida de los otros batos. Sí, yo le entiendo todo lo que ha periqueado hasta 'horita, pero lo que no entiendo son esas palabritas rasuradas que usté usa en veces.
-Compadrito, compadrito. No se me empique por esto. Le voy a dar la razón ahora merito. Pero, primero, permítame darle un beso a mi botella de Tecate que traigo aquí, y que la pobrecita está «huérfana de cariños», como decía el otro. -Pos... bébasela, y... que le caiga bien.-Gracias, compadrito....
-Pero... si no me lo toma a mal y no se siente conmigo, compadre Epifanio, me gustaría que, aunque sea de malcriados lo que le voy a intimar, es que, pos... si es que trujo una extra, pos que, de perdida, pos que la comparta conmigo, que pa' eso soy su compadre, ¿que no? -Pos sí, compadre Epiceno, pero algo de malcriado tiene eso que dijo, aunque, pa' decirle la verdá, también lo mío es de malcriados, por no ofrecerle a usté una cerveza primero, siendo usté mi mejor compadre.
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